martes, 9 de febrero de 2016

Matias Ramon Mella


Como miembro del movimiento independentista, Mella encarnó la expresión militante y decidida, siendo conocido por haber disparado su trabuco la noche del 27 de febrero de 1844 en la Puerta de la Misericordia, que dio comienzo de esta forma a la revuelta por la independencia del país.
De los fundadores de la República, Mella fue el más apto para las actividades militares. Su habilidad como estratega contribuyó significativamente a lograr la independencia dominicana, hecho que puso fin a la ocupación haitiana.
Más tarde, se incorporó al movimiento restaurador contra la anexión a España, realizada por el terrateniente Pedro Santana en 1861. Fue vicepresidente del país entre 1863 y 1864.
Murió el 4 de junio de 1864, en extrema pobreza, en una pequeña casa cercana a la Fortaleza San Luis, en Santiago, siendo enterrado cubierto por la bandera dominicana como fuera su deseo. Sus restos se encuentran, junto a los de Duarte y Sánchez, en el Altar de la Patria.

En 1835, a los 19 años de edad, fue nombrado encargado de la común de San Cristóbal

En 1838, Mella participó con Juan Pablo Duarte y Francisco del Rosario Sánchez en el movimiento clandestino La Trinitaria

Todavía en 1842 residía o visitaba con frecuencia San Cristóbal ligado al negocio del corte de madera.

En enero de 1843 fue comisionado por Duarte para trasladarse a la villa haitiana de Los Cayos de San Luis, al sur de la isla, para hacer contactos con los revolucionarios reformistas adversarios del presidente Boyer.

En enero de 1844 ayudó a Sánchez, jefe del Movimiento, a redactar el Acta de Independencia y, a sugerencia suya, se la llevó a Tomás Bobadilla para su revisión.

El 16 de enero de 1844 se firmó el acta de separación, en la cual se proclamó la necesidad de separarse de la opresión haitiana y se hizo oficial la unión de liberales y conservadores.

Junto a sus seguidores marchó hasta Santo Domingo, se adueñaron de la parte oriental de la isla, y declararon formalmente su independencia de Haití y la proclamación de la República Dominicana en febrero de 1844.

Regresó en 1848 junto con Sánchez, amparado por la amnistía decretada por el Presidente Manuel Jiménez.

En julio de 1856 se le encomendó preparar un proyecto de ley para organizar el ejército.

Su vocación independentista se elevó a ideal antillanista cuando el 16 de enero de 1864 favoreció la independencia de Cuba y Puerto Rico. Al arribar a Santiago, el Gobierno restaurador lo nombró en la Vicepresidencia el 17 de marzo de 1864.


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